Giro, giro, giro. En ningún momento siento la necesidad de parar. Es mas, no quiero parar. Estoy dando vueltas en el piso. Un lugar donde nada me incomoda. Me siento felizmente libre. Mi mente esta literalmente en blanco. No puedo explicar lo que siento. Pero al mismo tiempo es fácil. Estoy en mi mundo. No necesito nada mas, estoy plena. En eso siento algo que me golpea suavemente. Trato de mirar pero no alcanzo a ver nada, estoy tan metida adentro mio, espiando mis sentimientos, tratando de descubrir para poder explicar lo que siento, que no puedo ver que es. Cuando decido saber que es, descubro que es otro cuerpo girando. Lo miro fijamente para que se de cuenta de que yo también estoy. Pero él también estaba tan compenetrado en lo que hacia que no se dio cuenta de que yo estaba. Luego de ir y venir un par de veces, paro. Me miro fijamente. Lo mire. Cuando caí en la cuenta eramos dos cuerpos girando, pero ya no como antes, no estaba cada uno en su mundo, sino que ahora el mundo es para los dos.